Marco damasquinado por Felipa Guisasola
Hija de Miguel Antonio Guisasola y Josefa Gabiola, Felipa Guisasola Gabiola nació el 30 de abril de 1852. Huérfana de padre siendo aún una niña y con tan solo unas ligeras nociones de dibujo adquiridas en la Escuela Municipal de Dibujo, Felipa comenzará a damasquinar en su niñez para ganar el sustento de su familia. Consta que en el año 1865 con motivo de una visita que la reina Isabel II realizó a Eibar se organizó una exposición de trabajos locales en la que participó como joven damasquinadora. Como resultado y debido al interés que despertó en la reina fue becada con 1.500 pesetas anuales para ampliar sus estudios. Gracias a ello, posteriormente pudo perfeccionar su dibujo junto a Placido Zuloaga y desarrollar su arte hasta convertirse en un referente del damasquinado eibarrés.
Considerada pionera en el arte del damasquinado y con una especial habilidad en esta técnica artística Felipa Guisasola llegó a ser maestra en la Escuela Municipal de Dibujo. Transmisora de este arte durante décadas, posibilitó la formación y el aprendizaje de las futuras generaciones de damasquinadoras.
En su faceta como comerciante a lo largo de su vida Felipa abrió diferentes talleres y estudios de damasquinado en nuestra villa, llegando incluso a abrir un negocio con sus propias creaciones artísticas en Madrid. Fue en esta época cuando recibió el Gran Diploma de Honor de la Exposición de Madrid del año 1892, al cual le siguieron otras distinciones y galardones de rango internacional.
Con respecto a nuestra pieza del mes podemos decir que nos encontramos ante una pieza excepcional del arte del damasquinado eibarrés. Galardonada con el Gran Premio de Progreso y medalla de oro en la Exposición Universal de Bruselas el año 1888, además de la exquisita técnica del damasquinado, esta pieza nos muestra la diversidad de técnicas que combinaban los grandes artistas en sus creaciones.
Minuciosamente trabajado este marco damasquinado presenta trabajos de repujado, cincelado de figuras en bulto realizadas en hierro, zonas pavonadas, acabados en graneteado y una delicada decoración artística. Como broche final nuestra pieza se complementa con su caja original, un lujoso estuche de cuero con gofrados en oro para su guarda.
Si quereis disfrutar de esta extraordinaria pieza clave en la historia del damasquinado armero no dejeis de visitar nuestro museo donde ya se encuentra expuesta en la sala de exposiciones permanentes.