Cochecito para niños ORBEA Y CIA SENC
La familia Orbea, como otras familias eibarresas, está vinculada desde el siglo XVI a la tradición armera (Juan de Orbea). Hacia 1859, se abre el taller de fabricación de armas cortas Orbea Hermanos. dedicado a la fabricación de armas cortas. Fue la primera empresa en instalar energía eléctrica en los procesos industriales allá por el año 1890. En 1895, con el fallecimiento de los socios fundacionales. la empresa pasó a ser Orbea y Cía.
A comienzos de los años veinte una parte de la familia Orbea se escindió y creó en Vitoria en 1924 la firma de cartuchería Hijos de Orbea, S.C. Entre tanto, en Eibar, otra parte de la familia continuó con la fabricación de armas con el nombre Orbea Hermanos. Tras la Primera Guerra Mundial, como otras empresas eibarresas, comenzaron a diversificar su producción, produciendo piezas para máquina herramienta, bicicletas y cochecitos para niños. Fue necesaria para todo ello una importante ampliación de las instalaciones.
Desde que a mediados del siglo XVIII aparecieran de forma más generalizada los cochecitos para niños la evolución y los cambios han sido notables en ellos. En un inicio eran cochecitos que funcionaban con tracción animal o humana pero habría que esperar al siglo XIX para la aparición de los primeros coches ideados para ser empujados. Sería a finales del siglo XIX cuando con la aparición de la primera patente se daría el gran paso hacia un concepto más actual. El capazo podía instalarse en ambas direcciones y las ruedas podían funcionar de manera independiente. En la década de los 30 del siglo XX comienza la producción en serie de los cochecitos con la incorporación de materiales como el plástico o la goma. Es precisamente de esta época el cochecito para niños que nos ocupa en el presente texto.