Nueva pieza expositiva en el Museo de la Industria Armera

10/12/2009
El Club Ciclista eibarrés dona al Museo una bicicleta “Echasa” fabricada en los años 40.

Gracias a la donación del histórico y longevo Club Ciclista eibarrés, el Museo de la Industria Armera cuenta en su colección con una nueva pieza: una bicicleta de carrera marca Echasa fabricada en la década de 1940, que el Club había encontrado abandonada en su puerta. La importancia de las bicicletas en la historia de Eibar, radica en el ámbito deportivo, unido históricamente a la producción. La fundación del Club Deportivo en el año 1924 y la "fecundación" del Club Ciclista en 1926, marcaron un hito en el ámbito deportivo y ciclista. El Club Ciclista Eibarrés-GAC de aquella época se centró principalmente en la formación de equipos ciclistas con corredores inminentemente eibarreses o de nuestra zona y es a partir de 1931 cuando con la Unión Deportiva Eibarresa, se involucró en las tareas organizativas de carreras. Fruto de esta unión y posteriormente, de la decisiva intervención de ETB, hoy en día podemos disfrutar de la Euskal Bizikleta, consecuencia, al fin y al cabo, de la fusión de dos históricas carreras: la "Bicicleta Eibarresa" y la "Subida a Arrate", nacidas en el seno del Club Ciclista Eibarrés y del Club Deportivo Eibar, respectivamente. Las fábricas de bicicletas tuvieron sus raíces en la industria armera, que como consecuencia, entre otras cosas, de la prohibición de la venta de armas, sufrió una serie de adversidades que produjeron una dispersión de dicha actividad fabril y la introducción de la fabricación de bicicletas entre otros productos. Entre las fábricas más importantes de aquel momento, se encuentra “Echave, Arizmendi y Cía.”, fabricante de la bicicleta que ha pasado a engrosar los fondos del museo. Aunque la antigüedad del taller de Echave es anterior a 1914, ese año figuraba con la razón social de “José Echave y Cía” y es en 1918 cuando aparece como “Echave y Arizmendi” con una producción íntegramente armera. Tras la guerra civil, “Echave y Arizmendi” abandonó la armería y se dedicó a la fabricación de bicicletas y mobiliario metálico, utilizando varias marcas entre las que destacan sus bicicletas STARK (1933) y FENIX (1941), para decantarse, más tarde, a mediados de la década de 1940 por la marca ECHASA. En 1959 se constituyó en sociedad anónima como “ECHASA, Echave y Arizmendi, S.A.” y reemprendió la fabricación de escopetas y pistolas automáticas. La nueva bicicleta del Museo, con el cuadro con forma de “diamante” y pintado a mano con fileteados, presenta adhesivos con la insignia del fabricante y el número de serie grabado. La transmisión cuenta con un solo plato, y piñones en ambos lados del buje trasero. Cabe destacar como característica común a sus modelos contemporáneos la gran distancia entre ejes, y el detalle del engrasador de la caja de pedalier. Tras una intensa restauración, ya se encuentra integrada en la exposición.