Del taller a la oficina. Los productos eibarreses

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Del 18 mayo al 1 octubre de 2023

La diversificación industrial de Eibar dio lugar a la fabricación de un sinfín de productos de toda índole. En esta ocasión los fondos de la colección salen de los almacenes para mostrarnos el lugar que ocuparon productos fabricados  por marcas como El Casco, Simes, Laster, Triunfo Dex, Agra, …  equipando oficinas y despachos.

Entrada gratuita.

Las oficinas

Las fábricas y talleres, además de emplear personal para trabajar con la maquinaria, necesitaban quien llevara a cabo la labor administrativa. Estas tareas eran desarrolladas mayoritariamente por mujeres que comenzaron de esta manera a trabajar fuera del hogar: secretarias, archiveras, dactilográficas, telefonistas y en menor medida delineantes y diseñadoras.

Las oficinas solían estar en espacios destacados de las fábricas y muchas de ellas se convirtieron en la carta de presentación de las empresas.

Las grandes corporaciones, instituciones y bancos también tuvieron que contar con importantes despachos, ubicados en las mejores zonas de las grandes ciudades.

En una primera época era muy limitado el material y los elementos que configuraban el espacio de trabajo del personal de las oficinas. Este se reducía a una silla, un escritorio, una pluma, papel y un armario, donde acumulaban las grandes cantidades de documentos que procesaban. Más adelante, con la aparición de la máquina de escribir, el trabajo se agilizó de manera importante, lo que supuso una gran revolución en el estilo de trabajo en las oficinas.

Durante el siglo XX hubo ligeras transformaciones, pero el espacio se mantuvo prácticamente inalterable, sobre todo entre los años 60 y 80. En los escritorios empezaron a aparecer: grapadoras, numeradores, abrecartas y las mesas y las sillas se adaptaron a las nuevas necesidades. Fue en la década de los años 90, con la llegada masiva de los ordenadores, cuando se tuvo que reinventar el espacio de las oficinas.

El espacio en las oficinas 

Despachos, oficinas anexas a los talleres de producción, oficinas técnicas, oficinas administrativas: compras, contabilidad, correspondencia, nóminas etc.

En las oficinas primaba el trabajo repetitivo y monótono y había una jerarquía y control de las empleadas y empleados. Fueron los avances tecnológicos, los objetos de escritorio y las nuevas tecnologías las que lograron agilizar el trabajo.

Las técnicas industriales implementadas en los talleres se trasladaron a aquellas primeras oficinas organizadas en hileras de escritorios. Estos lugares se convirtieron en espacios abiertos, organizados por tareas que pasaban de una mesa a otra y de un departamento a otro como si de cadenas de producción se tratase.

En los años 60 se eliminaron las hileras de escritorio y se comenzó a diseñar un sistema planificado, con espacios amplios, bien iluminados y dotados de servicios.

En los años 80 el espacio las oficinas comenzó a dividirse en cubículos en una época en la que proliferaron los mandos intermedios: una forma económica de readaptar el espacio existente. Ya en pleno siglo XXI, las nuevas oficinas buscan, ahora, espacios más colaborativos, diáfanos, donde las y los trabajadores tengan más posibilidades de tener contacto entre sí.

 

Las máquinas de escribir. La revolución de los despachos

En las oficinas, hasta bien entrado el siglo XX, los documentos se escribían a mano y en ocasiones más de una vez, lo que retrasaba enormemente el trabajo. Hubo intentos de desarrollar un modo automático de escribir. Sin embargo, las máquinas de escribir no se comercializaron hasta la década de 1870. La primera empresa en hacerlo fue la conocida marca estadounidense Remington.

Hacia 1920 las máquinas de escribir superaron las dificultades iniciales y alcanzaron un diseño estándar. A pesar de que había diferencias de un modelo a otro, más o menos todas las máquinas empleaban el mismo mecanismo: cada tecla estaba unida a un tipo que tenía el correspondiente carácter en relieve en su otro extremo. Al presionar una tecla, el tipo golpeaba una cinta entintada extendida frente a un cilindro que sujetaba el papel y se movía hacia adelante y hacia atrás. Así es como los caracteres quedaban marcados en el papel.

Fueron miles de mujeres las encargadas del empleo de estas máquinas, algo que favoreció su ingreso masivo en el mundo laboral

En la actualidad este invento sigue vigente en su aplicación en los ordenadores.

La diversificación en la industria eibarresa

Dinamismo, adaptación, creatividad, diseño, resiliencia, innovación.

La crisis histórica de la industria armera, en los años 20 del siglo XX, animó a las empresas de Eibar a buscar nuevos mercados y a comenzar a fabricar nuevos productos. Las pistolas y revólveres dieron paso a miles de objetos que llenaron los hogares y, también las oficinas de muchas fábricas, empresas e instituciones.

Los industriales de Eibar estuvieron atentos a las nuevas necesidades del trabajo que tenía que desarrollarse en las oficinas y despachos. Los talleres y las oficinas debían trabajar en armonía y simbiosis, como un perfecto engranaje, para que todo fuera un éxito.

Algunas empresas eibarresas se lanzaron desde cero hacia los nuevos objetos que las oficinas demandaban y para los que había un interesante mercado. Otras empresas supieron detectar en las oficinas y en sus nuevas necesidades una importante posibilidad de emprender y de diversificar su producción.

Las empresas, además de máquinas e instalaciones punteras necesitaban objetos de escritorio, máquinas de escribir, mobiliario, mesas de dibujo, armarios, archivadores, sin olvidar el papel adecuado para cada momento: papel de escribir papel de cartas, papel calco.

En todas ellas estuvo muy presente el saber hacer, y el diseño.  Supieron innovar a partir de lo existente, creando objetos donde estuvo y está presente la cultura industrial y social de cada momento histórico.

Empresas como Manufacturas El Casco, Agra, Simes, Serveta, Laster, Imperial Española S.A., Boj, Orozco&Echeverría.

   

Las empresas y sus productos

BOJ

Empresa creada en Eibar por Manuel Barrenechea, Bernardo Olañeta Y Vicente Juaristi en 1905. Está ubicada en Matsaria desde 1937, donde continúa su actividad. En el año 2022 obtuvo la declaración de Monumento por sus valores patrimoniales.

Inicialmente su actividad se centró en la estampación de diferentes tipos de grabados en medallas, hebillas, insignias y llaveros. Quince años después sus fundadores introdujeron nuevos productos, tales como máquinas de afeitar, cerraduras, los primeros abrelatas, sacacorchos y objetos de escritorio como la tortuga pisapapeles. En la década de los cincuenta amplió su línea de menaje con pelapatatas, rompenueces, afilacuchillos y el sacacorcho automatico que fue patentado en 1955.

Imperial Española S.A.

La máquina de escribir Patria fue un invento de Otto Haas y fabricada en Suiza a comienzos de 1936. El cuerpo aerodinámico fue diseñado por Max Bill en 1944. Después de la guerra, “Patria” se convirtió en la base de las máquinas de escribir portátiles en varios países de europea.

“Patria” fue registrada como marca en 1945 por la firma eibarresa Imperial Española S.A que empezó a producirla en 1947. “La tecnología y experiencia española y suiza unidas han producido para usted esta joya del arte mecanográfico” era el lema publicitario. “Patria” era recomendada para todos aquellos que necesitaban llevar el trabajo a sus casas pero no deseaban dar a su lugar de residencia la sobriedad de una oficina. “Patria” fue distribuida en España por Guillermo Truniger SA con mucho éxito. Se empezó a exportar en pequeñas cantidades a principios de los años 50.

En 1954, “Imperial Española” patentó un diseño que utilizaba un bastidor de aluminio de una sola pieza y palancas de tipo modificado. Alrededor de 1962 la máquina de escribir fue renombrada bajo el nombre de Amaya. Para el año 1965 la compañía funcionaba bajo un nuevo nombre: Industrial mecanográfica o IMESA.

IMESA patentó un diseño que podía escribir en superficies planas, similar a Gritzner pero no disponemos de información que haga referencia a su producción. Se fabricaron máquinas con diferentes variantes que incluían diferentes colores y estilos de carcasa y pequeñas variaciones en cuanto al mecanismo se refiere. Por ejemplo, el control de color de la cinta, originariamente situado a la derecha del punto de impresión, se trasladó al lado derecho del teclado.

En IMESA también se montaron las máquinas electrónicas de IBM.

Laster

A principios de la década de los cincuenta se fundó en Eibar la empresa Laster dedicada a la fabricación de escuadras, cartabones, gramiles y estuches e dibujo de alta precisión, así  como otros objetos para escolares y principiantes, compases, tiralíneas, bigoteras, etc.

En 1970, la compañía amplio su gama de productos, con la creación de masa para dibujo técnico y tecnígrafos.

A principio de los años ochenta, se inició en la producción de material informático y años más tarde en la de mobiliario de oficina.

En 1981, empleaba a 106 personas y en 2011 fue adquirida por la empresa de muebles, Azcue de Azpeitia.

Olave Solozabal y Cía Manufacturas El Casco

La firma Olave, Solozabal y Cía, fue fundada el 27 de Septiembre de 1920 por dos antiguos trabajadores de la firma Orbea y Cía, Don Juan Olave y Bilbao, natural de Eibar (Gipuzkoa) y Don Juan María Solozabal Mendive, natural de Markina (Bizkaia).

Su actividad se centró desde un principio en la fabricación de revólveres oscilantes tipo “Smith & Wesson” de gran calidad. En el año 1930, “Olave, Solozabal y Cía” abandonó su actividad armera para dedicarse a la fabricación de material de oficina; grapadoras, afilalápices, numeradores y objetos de escritorio, de reconocido prestigio internacional y con la marca “El Casco”, registrada por éstos a su nombre en el epígrafe de material de oficina.

El afilalapiz

Fue diseñado por Ignacio Urresti de la empresa EL Casco en 1945. El primer modelo tenía un peso de algo menos de kilo y medio. Su diseño nos recuerda a un hibrido entre un molinillo de café y una cámara fotográfica de visor vertical. La manivela hace girar las cuchillas, con un sistema para regular la cantidad de punta que se desea. Las virutas caen dentro de un depósito ubicado en la parte inferior para su vaciado

La grapadora

Los primeros modelos de grapadora comenzaron a fabricarse en Eibar en 1935 por Manufacturas El Casco. Esta empresa aplicó sus conocimientos en la fabricación de armas y del trabajo del metal con precisión. Seguían la estela de aquellas primeras grapadoras patentadas en 1866 por el estadounidense Georges McGill.

Están fabricadas en acero y en su proceso de fabricación se incluyó el escariado, fresado, rectificación, torneado, pulido a mano y finalmente baño de cobre, níquel y cromo. Está considera como uno de los iconos del diseño del siglo XX.

Su mecanismo es muy sencillo. En un cargador se introducen las grapas que son empujadas mediante gillotina, atravesando el papel y chocando contra la base metálica que posee dos fisuras que guían los extremos de la grapa juntándolos.

Para hacer frente a la crisis de finales de los años 70 se decidió contratar al diseñador chileno Guillermo Capdevilla para que trabajara sobre un concepto de material de oficina de altas prestaciones y bajo coste utilizando como base de fabricación la utilización del plástico ABS. También ofrecen productos de alta gama con acabados lujosos. Desde 2011, desarrolla su trabajo en Elgeta.  

La grapadora es un objeto que va perdiendo importancia a medida que el papel va desapareciendo de nuestras mesas y se está orientando hacia el mercado de lujo.  

Orozco & Echeverria

 Orozco & Echeverria se encontraba en la subida a Txara Azpikua. Fueron fabricantes principalmente de multicopistas y archivadores.  Tenían un distribuidor en Barcelona: Estanislao K. Tintoré Grau, ubicado en la calle Fernando 53 de la misma ciudad.  El nombre comercial de sus productos era Triunfo Dex.

SERVETA

"Lambretta Locomociones S.A. fue una fábrica de motocicletas fundada por Florencio Irigoyen Berrondo en 1953 Fabricó, principalmente, motocicletas marca Lambretta bajo licencia de la casa italiana. En 1967 llega a un acuerdo con la firma Japonesa "Honda" para la fabricación e importación de ciclomotores. A raíz de este acuerdo cambia la denominación de la empresa a "Serveta Industrial S.A., escúteres Lambretta, ciclomotores Honda y muebles metálicos".

SIMES

En 1946 Mateo Careaga funda SIMES (Suministros de Imprenta y Material de Escritorio) para la fabricación de numeradores de oficina, en un principio y después grapadoras y grapas.
Después de algunos años difíciles y varias alianzas financieras se hizo realidad la fundación notarial de la Sociedad "SIMES - Careaga, Treviño y Cía" el 26 de abril de 1951. En 1966 se decidió su traslado a Elcano, Valle de Egüés para hacer frente al incremento de la actividad. Dos años más tarde se inaugura esta nueva planta