Bicicleta Orbea adaptada para el trabajo de afilador
La bicicleta
Es una bicicleta con cuadro de hierro original Orbea con barra alta, frenos de varilla característicos del fabricante y sillín de cuero con muelles. Ruedas de 700 x 35C (28” pulgadas), con guardabarros en ambas ruedas y portaequipajes trasero. Su manillar es recto con manguitos originales de plástico, el faro delantero con interruptor de baquelita y la dinamo en la parte delantera, para trasformar la energía mecánica en eléctrica. Originalmente era de color azul con decoraciones rojas, pero, posteriormente fue repintada de color marrón hasta los radios de rueda, el bombín y la tulipa del faro.
El afilador
Para su adaptación como máquina de trabajo, el afilador soldó al cuadro original una barra vertical en forma de “T” con muelas de afilar de diferente diámetro a cada lado y un pequeño yunque central. Además, acopló a la llanta de la rueda trasera, por el lado contrario al de los piñones, una especie de polea que sirve para trasmitir, mediante una correa de goma, el movimiento giratorio de la rueda trasera al eje horizontal que soporta las dos muelas de afilar. Por último, fijó en la parrilla trasera una caja metálica donde guardaba sus herramientas (alicates, martillo, cuerdas….) y a la que soldó por la parte posterior el portabidón metálico.
Para hacerla funcionar era suficiente con colocar la bici sobre la pata o soporte y pedalear sentado en el sillín. Una vez elevada la rueda trasera del suelo, el movimiento que los pedales transmiten a la rueda por medio del plato, piñón y cadena, se vuelve a trasmitir mediante la correa al eje del esmeril, multiplicando la velocidad angular varias veces por la diferencia de diámetros.
El afilador o “zorroztaillia” es un comerciante ambulante, tradicionalmente gallego, orensano, que ofrece sus servicios de afilar cuchillos, tijeras, machetes, hachas y otros instrumentos de corte. Un pequeño chiflo hecho de madera de boj y luego de plástico, servía con su breve melodía para avisar de su presencia: "tiruriii-tirururuli!... afiladoor! El dicho habitual es que los afiladores traen lluvia: “Zorroztaillia etorri dok, eurixa!”.
En un principio, el afilador acarreaba la piedra o rueda de afilar a sus espaldas y más tarde rodando. A lo largo del siglo XX fue sustituida por un equipo más moderno, transportado primero en bicicleta, luego en motocicleta, y últimamente en furgoneta. Sin embargo, adentrados en el siglo XXI e implantados en la cultura del “usar y tirar”, es ya poco frecuente la imagen del afilador por nuestras calles, y más si cabe, en una bicicleta de los años 40 fabricada en Orbea.
La empresa Orbea
A mediados del siglo XIX la familia Orbea Murua comienza una aventura empresarial como fabricantes de armas de fuego y cartuchos, y en 1840 nace Orbea Hermanos. Con gran éxito hasta la Primera Guerra Mundial, la crisis posterior los sume en un declive del que únicamente los salvará una sabia transición: adaptan sus máquinas para crear cuadros de bicicletas en lugar de tubos de escopeta. Así en 1926, decide diversificarse y la sociedad se divide en dos entidades: Orbea y Cía. S.A. que se queda en Eibar y se orienta a la fabricación de bicicletas, mientras que Hijos de Orbea se instala en Vitoria/Gasteiz y continua con la producción de cartuchos. Hoy día, Orbea es una marca de reconocido prestigio en el mundo ciclista, ubicada en el vecino municipio de Mallabia.
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